Nuestro voto es por muchos ‘Cómo Vamos’

    Los ideales de actuar con responsabilidad ante las necesidades de nuestra primera infancia pueden convertirse en realidad cuando las buenas intenciones se acompañan de acciones.

     

    Los ideales de actuar con responsabilidad ante las necesidades de nuestra primera infancia pueden convertirse en realidad cuando las buenas intenciones se acompañan de acciones, y esas acciones se registran, socializan y analizan para que en el futuro ese esfuerzo se evidencie en ciudadanos que disfrutan una vida mejor, pues con su progreso impulsan el de sus comunidades. Esta es la dinámica que se genera gracias a ejercicios disciplinados como el que ha asumido la sociedad civil, organizada para realizar las veedurías a las administraciones públicas en los observatorios ‘Cómo Vamos’. He podido conocer la experiencia de Medellín Cómo Vamos (alianza entre Fundación Éxito, Proantioquia y Fundación Sofía Pérez de Soto), que ha hecho un gran trabajo en el seguimiento a la gestión gubernamental

    El informe presentado en diciembre del 2017 ‘¿Cómo va la primera infancia en Medellín?’, incluyó aspectos que merecen continuidad y requieren revisión y mayor presencia intersectorial para conectar experiencias que incidan positivamente en la política pública.

     

    El informe dio a conocer el comportamiento de indicadores determinantes de la desnutrición crónica, como pobreza, vulnerabilidad en el acceso a salud, nutrición, condiciones de habitabilidad; además de otros asociados a la salud pública y trazadores de en los objetivos de Desarrollo Sostenible, como la mortalidad materna.

    El panorama en Medellín nos muestra aciertos y también retos, sobre todo en lo que tiene que ver con la atención integral de los niños en 1.000 días, pues mientras que en el 2013 los niños tuvieron una atención por parte de los programas estatales de 47 semanas, en el 2016 la atención fue de 26 semanas. A esto se suma el aumento de la inseguridad alimentaria en las familias de los niños menores de 6 años (entre el 2015 y el 2016). Llamamos la atención en este aspecto porque hay una estrecha relación con la nutrición de los niños, e insistimos sobre la importancia de que en los 1.000 primeros días de vida se reciba la atención alimentaria adecuada, pues esta representa el cimiento de los procesos normales del crecimiento como estudiar, relacionarse con los demás, jugar, disfrutar. No podemos permitir que hayan vacíos en la nutrición durante el principio de la vida porque es una sentencia a repetir el ciclo vicioso que conocemos: deserción escolar, dificultad de vivir en sociedad, adopción temprana de hábitos del mundo juvenil o adulto, entre otros. Y si bien cada municipio presenta sus particularidades, en lo que respecta a la atención de la nutrición de la primera infancia en general, hace falta que las administraciones le den prioridad en la inversión de forma permanente.

    La complejidad de tener como sociedad una población infantil vulnerable, exige posiciones firmes, pero sensatas. Por un lado, el ejercicio disciplinado de entregar la información sobre hechos y la práctica de dar cuenta de ellos con contexto y explicaciones, sí puede ser un hábito saludable para generar conciencia en los gobiernos. Por el otro, la convicción seria de exigir con base en argumentos y evidencias por parte de los ciudadanos. Unos y otros estamos involucrados en los problemas y, por tanto, ambas partes debemos participar en las soluciones con las tareas que competen en cada caso.

    Gonzalo Restrepo L.

    Presidente de la junta directiva Fundación Éxito

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