
La ansiedad y la depresión están alcanzando cifras sin precedentes a nivel mundial y Colombia no es la excepción. Según los informes World mental health today y Mental health atlas 2024 —ambos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)— más de 1.000 millones de personas en el mundo padecen algún tipo de trastorno mental, siendo los de ansiedad y depresión los más frecuentes.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ante estas cifras afirmó que “la transformación de los servicios de salud mental es uno de los desafíos más urgentes para la salud pública. Invertir en salud mental significa invertir en personas, las sociedades y las economías. Es una medida que ningún país puede permitirse descuidar: todos los gobiernos y dirigentes tienen la responsabilidad de actuar con urgencia y garantizar que la atención a la salud mental no se considere un privilegio, sino un derecho básico para todos”.
Esta problemática puede identificarse incluso desde la infancia. En Colombia, según cifras de Niñez YA publicadas en agosto de 2025, el 40 % de los casos de intento de suicidio en 2024 fueron realizados por personas entre 5 a 19 años y se presentó un aumento del 48 % de intentos de suicido del 2020 (26.202 intentos) al 2024 (38.769 intentos), tanto en niños, niñas, jóvenes y adultos.
La prevención debe empezar desde los primeros años de vida, asegurando entornos seguros y protectores donde los niños y niñas crezcan rodeados de atención, amor, reconocimiento y, sobre todo, de escucha. Para lograrlo, es fundamental que los adultos también cuenten con estabilidad mental y emocional, que aprendan a regular sus emociones y a expresar lo que sienten. La situación en el país sigue siendo alarmante: según la Encuesta Nacional de Salud Mental, el 5,4 % de la población ha experimentado un trastorno depresivo y el 9,1 % un trastorno de ansiedad en algún momento de su vida.
También, las cifras muestran diferencias por género: mientras los hombres presentan mayor prevalencia en trastorno bipolar y fobia social, las mujeres son las más afectadas por depresión y ansiedad generalizada.
La situación en las principales ciudades también enciende alarmas. En Bogotá, cerca de 795.000 personas han sido diagnosticadas con depresión y más de 710.000 con ansiedad generalizada, la mayoría mujeres. En Medellín, se estima que 313.735 habitantes (12,6 %) requieren atención por trastornos mentales; los de ansiedad y estado de ánimo son los más comunes.
La prevención es clave para que los adultos —especialmente cuidadores como padres, madres, docentes — puedan tener herramientas básicas que les permitan acompañar a los niños y niñas durante su desarrollo, tanto físico como mental y emocional.
Señales de alarma en la población joven
El psicólogo Sebastián Arbeláez, coordinador de Salud Mental de la Fundación Éxito, advierte sobre la importancia de identificar a tiempo las señales de depresión y ansiedad en niños, adolescentes y jóvenes. Entre los principales signos se encuentran:
Aislamiento social, irritabilidad o bajo rendimiento escolar.
Comentarios recurrentes de tristeza, desesperanza o ideas relacionadas con la muerte.
Sentimientos de frustración o intranquilidad.
Cambios en el sueño, apetito o pérdida de interés en actividades habituales.
Falta de energía prolongada.
Es importante tener en cuenta que estos signos de alarma dependerán de la personalidad de cada niño, niña o adolescente. El psicólogo Arbeláez recomienda a los cuidadores estar pendientes de algún cambio significativo en las conductas. Por ejemplo, si a un niño o niña le gustaba mucho ir al parque y de un momento a otro dejó de hacerlo, es importante indagar en las razones por las que ya no le gusta.
¿Se puede prevenir el suicidio?
La evidencia científica demuestra que desde el inicio de la vida se pueden garantizar vínculos que eviten que un niño o niña desarrolle trastornos mentales más adelante. La importancia de crecer rodeado de amor, del primer vínculo que se forja entre la madre y su hijo o hija, de la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de edad y luego complementaria hasta los 2 años, de una alimentación balanceada y equilibrada.
Garantizar estas condiciones básicas hará que el niño o la niña se desarrolle íntegramente, disminuyendo las probabilidades de desarrollar trastornos mentales. Durante la infancia es también esencial la educación emocional, que desde esta etapa humana se aprendan herramientas para reconocer los sentimientos y hablar de lo que ocurre a nivel emocional.
A su vez, es importante el acceso a terapia psicológica y crear y fortalecer redes de apoyo familiares y comunitarias, que permitan espacios de conversación en los momentos difíciles. La compañía y la escucha de otros puede favorecer para prevenir trastornos mentales.
“Es clave que los niños y niñas aprendan a hablar de sus emociones y que los adultos estemos atentos a escucharlos. No debemos permitir que confíen temas tan sensibles a una inteligencia artificial como ChatGPT o a redes sociales sin acompañamiento. Las medidas de prevención pasan por garantizar espacios seguros de conversación cara a cara”, expresó Arbeláez.
Actualmente Colombia no cuenta con regulación legal de la inteligencia artificial, y es importante que padres, madres y familiares controlen el uso de estas aplicaciones. Recientemente se han conocido casos de adolescentes deprimidos que buscan apoyo en ChatGPT en vez de buscar a un profesional de la salud.
Recientemente, se han conocido varios casos de jóvenes que buscan atención y escucha en herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT. Uno de los casos más recientes es el de Adam Raine, un joven de 16 años que terminó con su vida, y quien confió a esta tecnología sus pensamientos y emociones. Ahora, los padres de Raine demandaron a la casa matriz OpenAI por orientar a su hijo a este desenlace. “Nunca un niño, niña o adolescente debe reemplazar la conversación con un ser humano por la de un robot o un algoritmo. Para eso existen profesionales de la salud, y personas que pueden entender lo que estás atravesando, de esta manera te darás cuenta de que no estás solo y lo que sientes es una experiencia humana”, añadió Arbeláez.
La directora de la Fundación Éxito, Diana Pineda, sumó al debate la importancia de apostarle a hogares seguros y protectores para los niños, niñas y adolescentes. “El bienestar de ellos depende en gran medida de la salud mental de sus padres y cuidadores. Si logramos que ellos cuenten con entornos protectores y apoyo emocional, también podremos brindar seguridad y contención a los más pequeños”, expresó.
¿Qué hace Fundación Éxito por la salud mental?
Con el programa Vivir Plenamente, la Fundación Éxito ha puesto en marcha iniciativas que buscan promover la salud mental en distintos contextos:
- El Escuchadero, instalado desde agosto en la estación Envigado del Metro de Medellín ofrece atención psicosocial y escucha activa
- Un programa de acompañamiento para madres y padres en Bogotá, que fortalece sus capacidades emocionales y de crianza.
- Programa piloto de intervención en salud mental en Medellín en alianza con Buen Comienzo que ha impactado hasta ahora la vida de más de 7.000 niños y niñas y sus familias.
Es importante visibilizar la salud mental como un tema prioritario de salud pública. Desde Fundación Éxito insistimos en que es importante hablar de lo que sentimos, acompañar a quienes lo necesitan y crear entornos protectores.